“El viaje de Don Juan”, una puesta que es método

Posted in Uncategorized on diciembre 1, 2011 by Germán Justo

Inspirada en el Don Juan de Moliere, la adaptación acentúa aquello que el original sugiere: un Don Juan que desarrolla a una postura filosófica general que le da al cuerpo el lugar que no debió haber perdido en su milenaria disputa con el espíritu. El texto se nos presenta como generador de la idea y efecto de la pulsión del cuerpo de Don Juan; la tarea de Piero Anselmi, el actor en el cuerpo, da vuelta como una media el sentido y –tal es la tarea genuina de un actor- justifica la idea a partir de sus pulsiones. Explota la dialéctica de causa-efecto: ¿Qué es peor que un hipócrita que no es capaz de vivir según se piensa? Pues aquel que piensa, a partir de cómo vive. Eso sí, jamás se lo acusará de hipócrita.

Del mismo modo la teoría general del teatro se ha encontrado en la disputa entre cuerpo y espíritu y esa batalla se dio en el mismo Constantin Stanislavki. En insolente resúmen, se podría afirmar que Stanislavski partió de lo interno -¿el espíritu?- para justificar la acción externa, basado en teoría psicológicas de la segunda mitad del siglo XIX; luego –como el solvente Piero Anselmi- dá vuelta como una media la idea general, y propone que la acción –del cuerpo, qué otra- encuentre ulteriormente lo interno que la justifique.

La academia ignoró a Stanislavki, así como una buena parte del mundo del teatro tergiversó y ocultó la parte más rica de su densidad teórica. Es gracias, entre algunos, a Raul Serrano que Stanislavki abandonó el terreno místico que lo arrojó Lee Strasberg y el Actor Studio. Pero, repito: la academia lo ignoró. Husserl y luego Merleau Pontý, y con ellos la corriente fenomenológica toda, abreva sin un reconocimiento, en los detallados estudios del lenguaje-cuerpo que le debemos a Stanislavki.

La idea general se explicita más en el trabajo de Jorge Diez. Ora padre de Don Juan, ora Comendador, es el actor de la dualidad contra la que se lucha. Un padre-cuerpo; un comendador incorpóreo, el convidado de piedra. La estatua es receptáculo del espíritu, pero la piedra no suple cabalmente al cuerpo –en la versión de Serrano, claro-, por tanto no tiene acciones, no tiene deseos, no tiene intenciones. Jorge Diez nos regala una versión stanislavkiana con el padre y una versión brechtiana con el comendador incorpóreo, una actuación “en función de…”

El Sganarelle de Sergio Pascual también “es en función de…”, pero es cuerpo que actúa la lógica de la catequesis –aunque no la teología1– así como Watson actúa la lógica burguesa ante Holmes, y Sancho Panza, la lógica popular ante Don Quijote.

Quienes militábamos en política se nos afirmaba que “el adoctrinamiento se produce en la acción”, y no en la cátedra. Así, Serrano, multiplica la praxis -el cuerpo-, como motor inmóvil de la teoría -¿el espíritu?

1 Permítaseme decir que la tradición cristiana más ortodoxa le otorga al cuerpo dimensión sagrada, en tanto “imagen y semejanza” de Dios, y su justificación más cabal fue la importancia de Dios-cuerpo de Jesús, y la eucaristía, el comer el cuerpo y la sangre de Dios. En dos mil años de historia varias corrientes cristianas que consideraron al cuerpo como “pecaminoso” fueron separados, anulados y hasta anatematizados. Fue la catequesis moderna –de la “modernidad”, digo- la que simplificó cierta separación, con fines penosamente pedagógicos.

«La mesa de los galanes» de Fontanarrosa

Posted in Uncategorized on diciembre 5, 2010 by Germán Justo

En los primeros días de noviembre el Taller presentó la adaptación de dos cuentos de Roberto Fontanarrosa en el salón Roberto Arlt de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Debutaron Daniel Califano, Martín González Franco, Ernesto López Jove y Guillermina Wies, y volvieron a pisar esas tablas Ricardo Bisignano y Mariana Guerra. Los cuentos son «Uno nunca sabe» y «El Sordo», dos de la serie «La mesa de los galanes». El curso de fotografía de la Coordinación de Cultura de la FFCyN quiso participar como mejor sabe. Aquí las fotos de Luciana Leiras.



Textos teóricos

Posted in Uncategorized on agosto 21, 2010 by Germán Justo

Memoria emotiva-Plebani

Estructura Dramática-Serrano

Acciones físicas-Serrano

Apuntes sobre la Tragedia, Aristóteles

Método de Lee Strasberg

Brecht y su influencia: Platón

Modelo de Jerzy Grotowski

Directores de cine, sobre los actores

Un actor se prepara-Stanislavski

Cassavetes, un modelo distinto

La dirección de actores en cine-Discépola

El taller

Posted in Uncategorized on agosto 1, 2010 by Germán Justo

La actuación -el arte dramático- es un oficio.

Para algunos es una práctica, un ejercicio expresivo ocasional e inolvidable.

Finalmente, para los demás, es el espectáculo de la expresión del actor.

Convengamos que todo arte es expresivo, que todo arte expresa algo: ideas, sentimientos, emociones, situaciones, costumbres… ¿Qué tiene es teatro, entonces, para que lo consideremos «expresivo»? El teatro ha superado la técnica del oficio -la voz,  el movimiento, el gesto- para desarrollar una pedagogía de la expresión artística. Así, el actor no sólo es un oficiante de cuidados y gratos movimientos, o un acróbata, o un especialista de tonos y acentos, ni un experto en sistemas nemotécnicos de largos parlamentos isabelinos. Hace más de cien años que la técnica actoral es una técnica de expresión, de búsqueda de sentimientos -o de acciones que derivan en sentimientos- , en el que la voz,  el movimiento y la memoria está al servicio de tal expresión.

El Taller de Teatro Aguafuerte se dirige a quienes quieran vivir esa experiencia, más allá de que no se hayan planteado el ser actores de oficio. Un espacio para la búsqueda de la expresión por medio del arte dramático.

Ni la timidez, ni la parquedad son un límite para la expresión dramática, como no lo son para ninguna expresión artística.